Hace un año decidí solicitar la beca Erasmus+ y no imaginé la cantidad de papeleo e historias que hay que hacer antes de irse a la aventura. Pero esto se merece un post aparte que ya haré más adelante.
Supongamos que ya tenemos todo el papeleo hecho y por lo tanto nuestra beca está confirmada. Os voy a contar lo que yo he vivido para que os hagáis una idea. Pensaba que todo estaba claro y solamente necesitaba reservar el vuelo y ya está. Ingenua de mi y feliz en mi ignorancia reservé el vuelo y pensé que ahí acababan mis preocupaciones.
Más tarde me di cuenta de que necesitaba una cuenta bancaria en la que poder sacar dinero sin que me cobraran comisiones, la tarjeta sanitaria (es la primera vez que salgo de España), incluso comprarme las maletas. Sin más dilación empecé a comprar todo lo que me faltaba pensando que hacer la maleta era pan comido.
Por si no habéis hecho nunca una maleta para un viaje largo en el tiempo, hacer la maleta ha supuesto un auténtico quebradero de cabeza. Para empezar tenía el dilema de qué llevarme de ropa ya que voy a un país muy frío en invierno pero con buena calefacción, así que haría frío en la calle y calor en los interiores. ¿Me llevo ropa térmica o camisetas de manga corta y un buen abrigo? ¿Si llevo botas de alta montaña pero entro a un sitio, me asaré como un pollo? A día de hoy todavía no sé si he acertado con la ropa que voy a llevarme, pero he decidido llevarme un poco de todo y si necesito algo más comprarlo allí. Llevo desde camisetas térmicas y jerséis hasta medias y vestidos de tirantes.
Una vez elegido todo lo que me quiero llevar parecía que el duelo había terminado. ¡Lo meto todo en la maleta y a viajar! Pero no, una vez más no todo termina ahí. Puedo viajar con un bolso de mano cuyas dimensiones no superen los 35x20x20, una maleta de mano de 55x40x20 que no supere los 10kg y una maleta facturada de 20kg. Cuál fue mi sorpresa cuando después de conseguir meterlo todo como si no pudiera dejar ni un hueco me pasaba de peso. ¿Y ahora qué me dejo? Todo es imprescindible. Solución: todo lo que sea consumible me lo compro allí (geles, colonias, esponja, desodorante...).
He conseguido que la maleta cierre (sentándome encima) y que ambas pesen 20 y 10kg respectivamente. No quiero imaginarme cómo voy a volver con tanta cosa. Supongo que usaré una empresa de transporte de paquetes o simplemente facturaré una maleta más (aunque me duela el bolsillo).
Os dejo un vídeo de youtube en el que enseño qué me compré en las rebajas para llevarme a Lituania.
Saludos!
